El patrimonio industrial
¿el fin de una cultura compartida?
DOI:
https://doi.org/10.70198/t.209Resumen
Los siglos de la industria crearon una verdadera cultura mundial, desde las Islas Británicas al mar del Japón, y del Atlántico al Pacífico. No obstante, al pasar al tercer milenio, caracterizada por la robotización, la miniaturización y el uso masivo de nuevas tecnologías como la informática en todas sus formas, como así también el uso sistemático de la mano de obra barata de países lejanos, la desindustrialización ha afectado la herencia industrial de forma desordenada, ocasionando algunas polémicas reconversiones y un número asombroso de abandonos y destrucciones. El resultado de esta política:
una moneda con dos caras que no deja de ser insatisfactoria e inquietante. Arrasar una fábrica y su entorno es tan negativo como transformar dicha fabrica en centro cultural y olvidarse de su pasado. Una vez más, se plantea la pregunta apremiante sobre el patrimonio que pretendemos legar a las generaciones futuras.